
No en pocas ocasiones la infidelidad es algo recurrente y consentida en la pareja. Es más se convierte en un instrumento de control y de poder sobre la pareja. Si la infidelidad te hiere y se consiente entonces lo que tienes es un problema de dependencia emocional. Como profesional el abordaje es diferente, en este caso ya no se trata tanto de abordar el problema de la infidelidad sino tratar la dependencia emocional. Te vamos a indicar algunos de los signos más claros que te pondrán sobrealerta por si podecieras este problema.
1.Tu rol en la relación de pareja es de sumisión. Casi nunca se tiene en cuenta lo que deseas hacer, no sabes cómo pero siempre acabas adaptándote a tu pareja. Lo que te apetece deja de existir, siempre se hace lo que el otro quiere. Puede llegar un punto en el que no sepas ni lo que quieres.
2. Falta de autoestima. Confías poco en ti, te tratas de manera muy crítica. Eres capaz de justificar los errores de tu pareja y sin embargo contigo eres muy crítica. Usas un lenguaje interno autodescalificador, tiendes a mirar lo que haces mal, te premias poco y no das ninguna relevancia a tus éxitos, que por otro lado pueden ser muchos. Lo ves como algo normal, nada excepcional.
3. Miedo al abandono. En la relación no actúas con libertad, si te fijas el modo de relacionarte con él está determinado por el miedo a que te abandone. No te atreves a entrar en conflicto, cuidas tus palabras, evitas que se moleste, dejas de hacer cosas que antes te gustaban todo para que él esté a gusto, o no te reproche nada. Pero aun así la sensación de intranquilidad no desaparece.
4. Necesitas estar en contacto permanente con tu pareja. Te inquieta no saber de él, le escribes mensajes y si no responde rápidamente te angustias. Eres capaz de cambiar cualquier plan con tal de estar con él.
5. Exagerada necesidad de aceptación. Todas las personas tenemos la necesidad de ser aceptadas y reconocidas por los demás. Es normal que hagamos algunas cosas que nos otorguen el reconocimiento de las personas que queremos. La persona con dependencia emocional lleva esto al extremo. Eres capaz de hacer cosas que te desagradan con tal de conseguir aceptación.
6. Te dejas anular. Permites actitudes descalificadoras, insultos, desprecios, que no se te tenga en cuenta.
7. La dependencia emocional no sabe nada de clases sociales. Personas con un gran nivel cultural, con éxito profesional, con grandes habilidades para la relación social incluso pueden ser víctimas de dependencia emocional. Los estudios más recientes cada vez vinculan la dependencia emocional con el tipo de apego recibido de las figuras parentales. Cuando el vínculo con los padres, especialmente con la madre, ha sido inseguro, es decir no hay una aceptación incondicional, un amor incondicional, desarrollan la sensación de que para ser queridos hay que hacer méritos, hay que cumplir una expectativa para sentirse amado, entonces se es más vulnerable a padecer dependencia emocional.
Pero la dependencia emocional es un problema que tiene solución si decides pedir ayuda. El primer paso es ser consciente del problema y poner todos los medios para solucionarlo. Animo.
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